Me encontraba en la cocina de mi casa. De esta casa que
heredé de mis padres y en la que me da
mucho placer sentir que aún están vivos
los recuerdos de una vida sencilla, sin lujos, pero de un gran confort. Era una
tarde de invierno, con el sol apenas tibio y con las nubes bajas, tan bajas que
en la ventana había resquicios de una bruma, como algodones que flotaban y
estaban suspendidos a un metro del suelo. Yo estaba lánguida, en un estado que era una conjunción de sueño y de vigilia. De
pronto entró mi hijo menor, tiene trece
años y es un adolescente muy afecto a los telediarios, anuncios de noticias en
internet y demás alertas cibernéticas. Su alegría no tenía contención, sus ojos
vivaces reían y su estado de exaltación no encontraba repuesta de mi parte. Esa
mañana había sido sometida una práctica
de exploración, que por buen gusto y femineidad no deseo relatar ahora. Me
encontraba débil, ya que para la preparación había tenido que dejar salir todos
los líquidos de mi cuerpo y eso me tenía extenuada y sin aliento.
Mi hijo no paraba de reír y al fin me dijo: Mamá sos la
mujer más conocida, estás en todos los sitios de información, no aparece tu
rostro, aunque si tus entrañas. ¿Qué has hecho esta mañana? Solo un estudio.
Que por cierto está recomendado a partir de cierta edad, pero ¿cuál es la
novedad, Misha? No sabés, sos la mujer más conocida. Dicen tu nombre, aparece
en cada portal de noticias, está en las alertas. Vamos, Misha, estoy con pocas fuerzas, dejá de incomodarme. Te puedo
mostrar, está acá, podés ver: La señora
Elena Crusciani ha sido sometida a una práctica de rutina y es buscada porque
durante la intervención ha soñado, bajo los efectos de la anestesia, y en esos sueños viajaba por Austria, recorría la ciudad de Viena
y paseaba por un lago en un bote, entre cisnes blancos que ella acariciaba cada
vez que pasaba cerca de uno de estos. También realizó gestiones de una herencia
que supuestamente habría cobrado en Italia, y de la cual no ha dado ninguna información;
por tanto la señora estaría cometiendo delitos económicos e infracciones a la
ley tributaria. Por lo antedicho, la Administración Federal de Ingresos
ha encontrado que hay un desfasaje entre la declaración de sus ingresos y los paseos que dio en ese sueño. Estos pueden
ser un indicio de los viajes que piensa realizar, afirmamos, además, que sus
niveles de expectativas oníricas no son
congruentes con los tributos aportados. Por tanto es buscada para que aclare su
situación fiscal.
¿Es cierto, mami? ¿Has viajado en ese sueño? Sí, pero
jamás pensé que mis vísceras estaban conectadas con los entes que fiscalizan la
recaudación. No, mami, lo interesante es que te conocen, ahora sos famosa. No,
Misha, lo preocupante es que ahora vendrán a buscarme para que declare un
dinero que no he ganado. No, para mí es
muy bueno. Los chicos del colegio sabrán que tengo una madre famosa. No, Misha,
lo preocupante es que a partir de ahora soñar ya no será gratis.
Excelente, me encanta como escribes y la magia que le impregnáis a la narrativa. Vuestros finales siempre inesperados y reflexivos, nos llevan a un mundo de imaginación que nos adentra a nuestro yo .
ResponderBorrarGracias por compartirlos. Recibe un gran abrazo en la distancia.